lunes, 8 de agosto de 2011

COSAS DE LOS PUEBLOS

 

¿Qué es lo debatible

en la vida política rural?

Aquí hablamos de pueblo, en general, para referirnos a los núcleos menores de población rural-urbana, salvo excepciones, de los que tienen un censo menor a los veinticinco mil habitantes. Sobre esa cifra ya habría que ponerle nombre a la entidad.

Han proliferado, en ese tipo de poblaciones, la creación de símiles de partidos políticos, que se apoyan en intereses locales, algunas veces mezquinos, y que niegan cualquier beligerancia a las agrupaciones civiles de carácter que podríamos llamar "nacional".

En esa negación de la presencia de las ideas políticas, se subliman las ínfimas actitudes del villorrio castellano, de rancho y pan llevar. Y surgen las agrupaciones electorales de fijación local que defienden los temas domésticos exclusivamente y niegan cualquier ideología.

Pero, sin duda alguna, sabemos que la ideología hace falta. Que no se trata de cambiar para que todo siga igual. Que hay premisas sociales, que existen reivindicaciones necesarias no comprendidas en los programas para el arreglo de la plaza mayor, de la casa del cura, de la ermita, y de la carretera. Que nadie debe consentir que los pobres lo sigan siendo, o más, y que los ricos sean cada vez más ricos.

Por lo tanto, hablemos desde los principios, hablemos desde la solidaridad, intervengamos en la conversación que los grupos políticos están obligados a mantener en niveles más amplios, regionales o nacionales, con las diferencias entre ellos que marcan las ideologías y los grandes objetivos.

¿Consecuencia inevitable? Amplitud del debate en los pueblos, negativa a refugiarse exclusivamente en lo cercano, próximo o inmediato. Necesidad de ensanchar el horizonte de la actuación política y municipal.

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